“No es que el gobierno no quiera invertir en nuestro futuro, es simplemente que sabemos lo mucho que este pueblo aprecia la educación y no les queremos quitar el placer de darnos chavos y materiales”, explicó el futuro gobernador más inconsecuente en la historia de la Isla. “Es por eso que le he dicho a nuestros acreedores que se pueden llevar hasta el último centavo que normalmente se debería dar a la educación de nuestros niños, porque sabemos que cada ciudadano de este país nos dará una pejetita. Llamémoslo un ‘break de la esperanza’”, recalcó.
Este periódico toma esta oportunidad para recordarles que las prioridades del gobierno de este país están bien, bien, pero que bien jodí’as.


